Ciudad de México.- La cantante mexicana Yuridia confesó que sufrió acoso sexual cuando era niña. El caso de la cantante se suma a las revelaciones de las famosas que han reconocido haber sido sometidas a este tipo de abuso, la denuncia más reciente la hizo la hija de Alicia Villarreal, quien asegura fue agredida por un familiar.
La intérprete de “Irremediable” contó a detalle cómo ocurrió el acoso sexual que la hizo sentir como un “animal acorralado” cuando visitaba la casa de una amiga. Con su testimonio, la egresada de “La Academia” se suma a las voces de celebridades como Yuri, Eréndira Ibarra y Natasha Dupeyrón, quienes denunciaron haber pasado por un episodio así.
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Yuridia habló del acoso sexual que sufrió cuando era niña a través de una publicación en Instagram. Una foto de su infancia acompaña su testimonio en el que contó cómo fue esta lamentable experiencia que la marcó.
“Así de pequeña era yo cuando me enteré lo que era el acoso sexual (abuso infantil). No encontré mejor día para contarlo que este: Día Internacional de la Mujer. Me siento cómoda contando esto porque después de todo soy sobreviviente, pude lograr cosas en mi vida y al final de todo encontré la paz y la felicidad que los seres humanos por instinto, buscamos”
La cantante de 35 años señaló que llegó a pensar que así era la vida, que no tenía por qué contarle la situación a su mamá porque creyó que había sido su culpa.
“Estaba en casa de mi vecina jugando a las muñecas en su habitación cuando de repente me quedé sola, al minuto entra su hermano que entonces quizá tenía 18 años, se bajó los pantalones y mientras me miraba a los ojos y se reía, se comenzó a tocar de forma explícita. En ese momento recuerdo haber sentido mi corazón a punto de explotar de lo rápido que latía, no sabía que significaba eso. pero entendía que no era bueno”
En su relato, señaló que se metió en la cama de abajo de una litera porque su agresor estaba bloqueando la puerta. “Yo me sentía como un animal acorralado, cuando están a punto de matarlo”, expresó en su mensaje.
“Estoy segura de que tenía un ángel que me cuidaba pues el hermano mayor de mi vecina se cansó de hacer lo que estaba haciendo, se subió el pantalón y se fue, no me puso ni una mano encima o quizás no alcanzó a hacerlo. Cuando salí de esa casa me sentí más libre que un pájaro, ¡volé! Y aunque el daño ya estaba hecho, por naturaleza pensé que así era la vida, que no tenía que contarle a mi mamá porque la culpa la tenía yo”.
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