Estados Unidos.- La propietaria del restaurante Charlotte’s Legendary Lobster Pound en Maine, Charlotte Gill, tiene una peculiar manera de ‘dormir’ a las langostas que cocina para su negocio, pues ocupa mariguana en el proceso de cocinarlas.
Imaginé que sus langostas preferían morir bajo los efectos de la marihuana. “Es más humano”, comentó durante una entrevista para diario local.
Tal y como ha explicado al Mount Desert Islander, Gill buscado un insólito final para las langostas que sirve en su restaurante. “El animal ya va a morir, así que es mucho más humano hacerles un pasaje más amable” afirmó.
Para ello, la mujer inventó un método casero, algo así como meter al “baño maría de marihuana” a la langosta. Según explicó al medio sobre la primera “pieza” experimental que llamó Roscoe:
En el primer experimento para probar el efecto del cannabis en las langostas, la langosta Roscoe se colocó durante unos minutos en una caja cubierta con aproximadamente dos pulgadas de agua en la parte inferior. El humo de la marihuana fue soplado en el agua en el fondo de la caja. A Roscoe la devolví más tarde al océano como agradecimiento por ser el crustáceo experimental.